martes, 29 de noviembre de 2011

No dejes que nadie te robe tu empleo

Promocionarse laboralmente, igual que enfrentarse a la búsqueda de empleo, es un auténtico ‘trabajo'. Requiere actitud, una dosis de paciencia y, sobre todo, aprender a venderse como si tu desempeño fuera un producto de anaquel, exclusivo de adquirirse.

La economía mexicana sigue generando empleos, pero a un ritmo insuficiente frente al aumento de la demanda, de acuerdo con un análisis de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). Con un 5.79% de desempleo en la Población Económicamente Activa, según el INEGI, el reto es cómo lograr quedarse en un puesto, superando la oferta que representan otros candidatos.

La clave está en qué ventaja única otorgues a los empleadores. Los profesionistas deben tener, como las empresas, un valor competitivo, una característica diferencial respecto a sus competidores, que les confiera la capacidad para alcanzar rendimientos superiores a ellos de manera sostenible, expresa el especialista en gestión y administración, Michael Porter.

"Con mucha frecuencia, las personas creen que los errores en su labor vienen de problemas en sus acciones, cuando la verdad procede de algo más básico: una manera de pensar equivocada", afirma el profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard. En el país, por citar un ejemplo, 6 de cada 10 empleados considera que al perder el trabajo la capacitación para encontrar otro es responsabilidad del gobierno, no de ellos mismos, según cifras de la encuesta Workmonitor de la consultora Randstad.

Porter explica que uno de los componentes de la ventaja competitiva es el posicionamiento. En cuestión laboral implica responder a la pregunta ¿con qué vas a competir de forma permanente? Uno de esos elementos pueden ser los costos, es decir, rentabilidad generada a la empresa. Si eres un trabajador independiente, puedes basar la oferta de tu proyecto en un menor precio, pero a cambio, hay que hacer entender a los jefes que esa diferencia requiere apoyos, como el hecho de considerarte como su proveedor permanente de servicios.

"La ventaja en costos no consiste en ofrecer un mal producto, sino un producto aceptable pero a menor precio", expresa el especialista.

También se puede dar beneficios con base en diferenciación, indica el experto en gestión. Esto es lo que te hace único en el mercado laboral, algo que no tienen los demás, y te permite poner un precio superior a tus servicios. Piensa qué atributo específico de tu modelo laboral reúne esa característica, tal vez la capacidad de entregar proyectos de manera exprés y eficaz.

Algunas de las mejores oportunidades para el posicionamiento, según Porter, vienen de áreas no económicas. Lo emocional es un buen ejemplo: las personas deben mostrar a su cliente que lo entienden y darán lo mejor de sí para generarle un valor.

Durante su participación en el encuentro de ExpoManagement, realizado el 16 y 17 de noviembre pasado, Porter mencionó que al buscar las ventajas competitivas hay un aspecto que ‘apalanca': la efectividad operativa. Traducido a cuestiones laborales, significa hacer las cosas bien una y otra vez.

"Este elemento es el 90% del trabajo de una persona, ser constante y ver la forma de hacer las cosas cada vez mejor". Si no se logra eficiencia en la operación, tener una estrategia, es decir una característica única, no tiene importancia, asegura Porter.

El reto de una persona que busca ser identificada en el mercado como única, dice el académico, es pensar cómo otorgar algo que los demás no estén haciendo, lejos de enfocarse en competir con base en lo realizado por los demás.

Para llegar a ese nivel de estrategia, detalla, hay que entender el concepto ‘sacrificio'. Siempre hay que "renunciar a algunos servicios con el fin de ser diferente. Estos intercambios son los que verdaderamente distinguen a la empresa o persona, quien no siempre podrá atender a cuanto cliente quisiera", menciona el gurú de la administración.

A fin de ejemplificar lo que una compañía o empresa puede hacer para crear su ventaja competitiva, Porter utiliza el caso de IKEA. La firma de muebles, explica, tiene gran éxito con la propuesta de limitar sus ventas a un cliente que vive en espacios pequeños y no desea derrochar, pero busca para su casa una pieza que luzca sofisticada, no ordinaria. Esa es su propuesta de valor y por ella sacrificaron otro tipo de servicios, como hacer muebles a la medida. Con ello se demuestra "que todas las buenas estrategias tienen su dosis de clientes insatisfechos", puntualiza Michael Porter.


Publicado por http://www.cnnexpansion.com

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