La sala, la cocina, el baño o el dormitorio son lugares perfectos para que deje entrar la estructura y colorido de los triángulos, rombos, cuadrados o círculos a través de muebles o accesorios.
Juntos o separados, en juego de colores o en blanco y negro, los triángulos, rombos, círculos y rectángulos son motivos decorativos que pueden agregar mucha fuerza visual a los espacios interiores.
Los ejemplos son muchos y las opciones del mercado, variadas. Desde el clásico piso de mosaico cuadrado de aires vintage a los objetos utilitarios en forma de cubos; desde los cuadros con motivos abstractos a los estampados del papel tapiz para paredes, las figuras geométricas son una opción que ha vuelto a ganar terreno como tendencia entre diseñadores y expertos.
El gusto propio es el límite a la hora de incorporar este estilo y no olvide que en decoración no hay reglas absolutas. Sin embargo, acá encontrará algunos principios que podrían ser de utilidad.
Todo es cuestión de balance y proporción
Los elementos geométricos suelen convertirse en un gran foco de atención, así que si usted decide incorporarlos procure equilibrar su presencia con el resto de los objetos de la casa para que el efecto no sea estridente.
En una sala o recibo puede mezclar una alfombra central que tenga este motivo con uno o dos elementos más en estilo similar, como un gran cuadro en la pared principal, unos cojines para el sofá o un jarrón.
Un dato: procure que los distintos elementos no compitan entre sí en cuanto a vistosidad o tamaño. Si el cuadro en la pared es colorido y grande, no hará falta que recurra a muchos más elementos. Por el contrario, si los elementos a incorporar son pequeños o medianos, haga un juego con varios de ellos.